lunes, 14 de abril de 2008

Proceso a la Argentina violenta

En este espacio desarrollaremos sin pretensión de agotar el tema atento su vastedad, las acciones violentas más notorias que han venido sucediendo en nuestro país a mérito de sus implicancias políticas, desde mayo de 1810 a nuestros días. Como excepción, hoy abrimos el espacio con un cuento histórico. Nuestro pasado tiene (tanto como nuestro presente) mucho de “realismo mágico”, al igual que ocurre en toda América Latina.


ESCORZO PARA UNA BIOGRAFIA


Sirvió al sueño de Napoleón peleando en los campos de Europa. En la fragorosa escuela de la guerra aprendió táctica y estrategia, movimientos envolventes y contra-ataques imprevistos. Hasta que sobrevino Waterloo y debió huir disfrazado en procura de salvar el pellejo. Buscando el confín del mundo vino a dar en la pampa argentina donde para sobrevivir abrazó el único oficio que conocía: la guerra. Un ejército nacional incipiente en 1819 le dio el alta con el grado de teniente segundo. De a caballo conoció un espacio desmesurado y bárbaro que lo subyugó. Combatió contra gente semidesnuda que montaba en pelo y al cargar –lanza en ristre– se golpeaba la boca ululando. Ignoraban las sutilezas de la guerra. Acaso eso los hacía aún más temibles: no sabían de honor ni de reglas. Hirió, mató, fue lanceado repetidas veces, vio morir camaradas y subalternos a los que había llegado a profesar estima. Fue ascendido a capitán y destinado al Regimiento de Húsares en la Guardia de Salto. El espíritu de orden inherente a su formación prusiana lo llevó a combatir al nómade con denuedo. Valiente hasta la temeridad se hizo de un nombre en el desierto anónimo. A sangre y fuego extendió la frontera interior de un país que no era el suyo: por dos veces se internó hasta Sierra de la Ventana en el corazón del territorio indio. Hasta que por un extraño sino canjeó la gloria conquistada por la incertidumbre de la guerra civil, optando por Lavalle. Un 28 de marzo de 1829, el coronel Federico Rauch fue derrotado en Las Vizcacheras por un ejército de indios federales al mando del cacique José Luis Molina y el caudillejo Miguel Miranda. Maneado como res quedó tendido en el pasto mientras los vencedores remataban a los heridos, saqueaban a los muertos, festejaban con alaridos su triunfo. Mientras esperaba turno cerró los ojos memorando su infancia. Volvió a su vieja casa y a olor a mar. A los veleros entrando y saliendo del puerto de Dancing. Vio caracolear los caballos enjaezados por las calles de París. Pasear mujeres de corset cimbreante; caer al descuido pañuelos perfumados. Volvió a deslumbrarse con el boato del Gran Corso en sus fiestas palaciegas. Hasta que una rodilla en la cintura lo devolvió a la pampa y una mano lo tironeó del pelo hacia atrás, desnudando en arco la garganta. Abrió los ojos: vio campo chamuscado extendiendo su soledad de cardo al infinito. Vio diseminados los cuerpos de sus soldados muertos enfriándose en posiciones absurdas. Vio la indiada mirándolo impasible procurando desentrañar si tenía miedo, el refucilo del facón empujándole el aire contra el cuello.

Presentación

En una primera presentación, la violencia se nos presenta como la distintiva de nuestra época. Sin embargo, a poco que profundicemos en su estudio, ella adquiere una dimensión mayor: el de una constante histórica.

Lo inédito del caso, lo que hace de nuestro tiempo un punto de inflexión, es que nunca antes se conoció un poder de destrucción comparable al de nuestros días. La admonición de los científicos es lapidaria: -"terminamos con la violencia o ella termina con el mundo"-. La tajante sentencia de la Comisión Internacional de Sabios Atómicos fue: "un mundo o ninguno". (One World or None, 1946, versión española de Enrique Gaviola, Ed. American Books). A sesenta años de ella, cuando la bomba de hidrógeno ha dejado pequeña a su antecesora atómica, pareciéramos no haber aprendido mucho. Existen más bombas nucleares que grandes ciudades a destruir en el mundo. Si consideramos que algunos de estos artefactos están en poder de estados o sectores de gran inestabilidad, el peligro se acrece.


De donde: nos abocamos a resolver el problema de la violencia, siquiera sea en la medida de nuestras posibilidades, o abandonamos nuestra suerte a otras manos.



Porque pedimos estudiar la violencia



Sin duda, la violencia es una realidad innegable en nuestro mundo. Tal como dice Merleau-Ponty: "...es nuestro mundo, puesto que estamos encarnados (...) es el punto de partida común a todos los regímenes. La vida, la discusión, la elección política, acontecen sobre ese fondo". Reconocer esta realidad, no implica su aceptación. Aquí diferimos. También son reales el cáncer, la sífilis y el sida. Pero no los aceptamos pasivamente. Estudiamos las enfermedades para prevenir, alertar, procurar su cura y erradicación. Esta es la base de nuestro enfoque pedagógico. El porqué preconizamos un estudio científico de la violencia, al tiempo que proponemos, llevar a la práctica esas conclusiones. Apuntamos mediante el conocimiento de los mecanismos que la originan y motorizan a su predicción, reducción, prevención y sublimación. (Continuará...)

Perfil del Editor Responsable

José Eduardo Machicote, argentino, católico práctico; se desempeñó como profesor y abogado. Como escritor ha publicado: “Brasil –La expansión brasilera. Notas para un estudio geohistórico “, (Ed. Ciencia Nueva); “Historia de la Educación Física y su contexto cultural en Argentina”, (Ed. Nexo –Sport); ”La palabra recuperada”, (Ed. Docencia); ”Actividades, juegos y deportes indígenas”, (Ed. Asoc. Prof. de Rosario).

En el género narrativa en 1997 fue ganador del “Premio La Nación”. En 1998 obtuvo el “Manucho de Plata” en el concurso internacional organizado por la Fundación M. Mujica Laínez. En el año 2000 ganó la Bienal Latinoamericana de Literatura, en el Concurso organizado por el “Ateneo de Valencia” (R. de Venezuela). En el 2003 fue Finalista en el certamen literario “VI Premio Internacional Alfonso VIII de Narrativa”, Cuenca, España.

Antecedentes en noviolencia: En 1962 conoce a Lanza del Vasto y se vincula con sus referentes en Argentina, ”Los amigos del Arca”. En 1963 se integra al “Movimiento Argentino de Reconciliación”, colaborando con sus publicaciones. En 1964: presenta en la UCA, cátedra de Derecho Político donde cursa el doctorado en Ciencias Jurídicas. Su monografía: ”Noviolencia y Objeción de conciencia” que es aprobada por el Dr. Bargayó Cirio. Es miembro fundador de Acción Cívica Noviolenta, agrupación destinada a difundir la ideología gandhiana, y primer director de su revista:”Resistencia Civil”. 1966: Asiste a la “1ª Reunión de Consulta Continental sobre la Noviolencia” celebrada en Montevideo (ROU) del 23 al 29 de mayo, evento al que adhiere Martin Luther King, en cuya representación concurre su lugarteniente James Lawson. Asiste también el monje budista Thich Nhat Hanh, y personalidades relevantes de Europa y América Latina, entre ellos Danilo Dolci (Premio Lenín de la Paz y dos veces candidato al Nóbel), J.J.Lanza del Vasto, Heberto Sein de UNESCO, y Jean y Hildegaard Goss del “International Fellowship of Reconciliation”. Participa en el taller seminario sobre “Ashram y técnicas gandhianas” que dicta en Buenos Aires el misionero Stanley Jones, quien viviera en India largos años junto a Mahatma Gandhi. 1968: Disertante invitado al Homenaje póstumo a Martin Luther King, celebrado en el Salón de Unione e Benevolenza.

Como dirigente de Acción Cívica Noviolenta y representante de Acción Sindical Argentina (A.S.A), miembro de la Confederación Latinoamericana de Sindicatos Cristianos (C.L.A.S.C.) presidida en ese momento por E. Máspero. Concurre a la “Conference Hemispherique pour mettre fin a la guerre au Viet-Nam”, celebrada en Montreal, (Canadá). 1969: “Acción Democristiana”, presidida por el Sr. José Manuel Mauriño, le otorga el Premio Ghandi, Bienio 1967/69, que en bienio anterior confiriera a la escritora Victoria Ocampo. 1970: Participa en Estocolmo (Suecia) de la “5th.- Stockholm Conference en Vietnam”, celebrada entre el 28 y el 30 de marzo. 1971: Concurre como profesor invitado al seminario sobre “Responsabilidad cristiana frente a los rápidos cambios sociales”, organizado por el movimiento de Reconciliación en Alajüela, Costa Rica, en especial participación de Don Helder Cámara, Obispo de Recife. 1985: Asistente al seminario organizado por el Centro de Estudios Penales Dr. Carlós Fontán Balestra, dedicado al tema: “Jornadas sobre violencia y deporte”. 1986: Presenta al “II Congreso Nacional del niño en el Deporte” una ponencia sobre: “Noviolencia y Educación Física”, destacando la importancia del deporte como medio de encauzar conductas. 1988: Participante en el Foro Abierto organizado por la Dirección Nac. de Educación Física (Min. de Educación) exponiendo sobre: “Disciplina en clase, libertad y Noviolencia”. 1990: Como profesor-expositor en la “1ª Clínica Nacional del Deporte Escolar”, realizada en el CENARD, habla sobre el tema: “La violencia en el deporte”. 1992: Como profesor invitado al “1er.Congreso de Ciencias del Deporte”, organizado por la Provincia del Chubut en el Lago Puelo, expone sobre: “Deporte, educación y noviolencia como medios transformadores de la cultura argentina”. En ese mismo año representando a la Dirección de Educación Física y el Ministerio de Educación de la Nación, concurre a la “VIII Reunión del Comité Intergubernamental de Educación Física, Deportes y Recreación de UNESCO”, en Paipa, Colombia, del 8 al 11 de diciembre. 1994: En el “Congreso Nacional de Educación Física” celebrado en Villa Giardino (Córdoba) desarrolla el tema: “Violencia en el deporte y normas legales”. En Santa Rosa, Provincia de la Pampa, siempre en representación del Ministerio de Educación, en el curso de Perfeccionamiento Docente, trabaja sobre el tema: “Violencia y deporte en la sociedad argentina”. 1996: Da en Santa Rosa (La Pampa) dos conferencias sobre “Educación y violencia”. El interés causado por el tema lleva al diario “La Arena” a hacerle una entrevista especial. Con independencia de estas actividades, ha publicado artículos en diversos diarios y revistas. En dos ocasiones envió planes proponiendo la creación de un Instituto para el Estudio científico de la violencia y la noviolencia a autoridades gubernamentales, no recibiendo lamentablemente ninguna atención.